lunes, 25 de febrero de 2019

elegidos en Cristo



ELEGIDOS EN CRISTO

Efesios 1: 4.
La doctrina de “la Elección” es una de las grandes prioridades en la palabra de Dios. Al hablar de esto, tropezamos con dos aspectos teológicos:
(1) La soberanía de Dios (predestinación [Romanos 9: 18-21; 11: 32]). De acuerdo con estas referencias bíblicas, pudiéramos decir: que Dios en su soberanía, destruye a quien él quiere destruir y da vida a quien él quiere que viva; pero esto, sólo es por motivos de su soberanía. En verdad el carácter de Dios, no es el de destruir; el hombre se pierde por sus propias necedades; pero Dios nunca quiere que alguien se pierda (Juan 3: 16).
(2) EL libre albedrío (Génesis 3: 1-7; Juan 1: 11-12; 3: 14-15; Marcos 16: 15-16). En la vida cristiana este aspecto es el más ortodoxo, porque hace resaltar la misericordia divina; dicha cualidad, es la más relevante en el carácter de Dios.
Para adentrarnos un poco más en este contenido tomando en cuenta lo anterior, vamos a considerar lo que en base a las Escrituras, significa ser elegidos en Cristo:
I -Significa que él optó por nosotros.
A -Aún no habíamos nacido, ni siquiera habíamos sido engendrados, cuando Jesucristo se ofreció para ser nuestro redentor. Quiso pagar el precio por toda la humanidad, mucho antes de que ésta existiera.
B -EI quiso entrar en el vientre de una mujer, para nacer y vivir entre nosotros y así entender las incidencias de la vida, y ayudarnos a encontrar la ruta del bien.
II -Significa que él nos amó primero.
Jesucristo dejó su lugar de gloria allá en el cielo, para venir a sufrir entre los hombres; estando en esta condición, se humilló hasta la muerte; para obtener así, una completa exaltación sobre su magna creación.
III -Significa que en Cristo, somos libres de elegir el bien.
A -El dice que vino a libertar a los cautivos; es decir, a quienes estaban atados a la maldad, porque él no es amigo de los malos. El malo no habitará junto a él.
B -Los malos, no son elegidos por Dios para ser malos, como algunos piensan que Dios los ha elegido para perdición; éstos son malos, porque ellos eligieron serlo (Romanos 9: 22); en contraste con los buenos, quienes cedieron sus derechos a Dios, para ser preparados de acuerdo con su soberana voluntad (Romanos 9: 23). Esto significa que en Cristo somos elegidos, cuando cedemos nuestros derechos a él.
Si nosotros podemos sentir el efecto de esta elección, será visible, admirable y continua, nuestra gratitud a Dios por su valioso regalo, entregado a la humanidad.
En mi infancia siempre estuve confundido
Y advertido a mantenerme en el pecado
Los placeres ya me habían encadenado
Pero en Cristo ya había sido elegido

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